LA TRÁGICA HISTORIA DE OPHELIA
En éste artículo me dispongo a hablar sobre la romantización de la muerte de Ophelia, un personaje de la obra trágica Hamlet. Hamlet es una tragedia del dramaturgo inglés William Shakespeare que habla de la venganza que realiza el príncipe Hamlet por el asesinato de su padre.
Ophelia es uno de los personajes de la tragedia. Se presenta como una joven dócil, sumisa y de personalidad débil, que siempre obedece lo que su padre dice. A pesar de ser un personaje secundario con pocas escenas, Ophelia se convirtió en inspiración para muchos artistas, que la veían cómo la representación de la melancolía, la locura, la belleza y la tragedia.
La historia sucede en Dinamarca, dónde Hamlet se encuentra consternado por la repentina muerte de su padre el rey. A la noche, éste aparece en la fantasía de su hijo, diciéndole que fué el tío de Hamlet el que le asesinó. Al escuchar eso, Hamlet decide hacerle una obra de teatro a su tío para ver su reacción y así poder averiguar si verdaderamente fué él quien mató a su padre, hecho que se acaba confirmando. Al cabo de unos días, Hamlet se dispone a matar a su tío, pero de forma no intencionada acaba asesinando al padre de Ophelia.
La relación entre Ophelia y Hamlet
En cuanto a la relación aparentemente romántica entre Hamlet y Ophelia, ésta se torna de una malicia y egoísmo por parte del protagonista, que acaba rompiendo ese lazo que unía a ambos personajes.
Pero para entender que lleva a Ophelia a acabar con su propia vida, tenemos que entender la posición de ésta en su vida y cómo va perdiendo el sentido de la realidad, adentrándose en un mundo de locura y desesperación. Un hecho que repercutió de forma negativa a la salud mental de la muchacha (a parte de la pérdida de su padre) es la confesión que le hace Hamlet, diciéndole que en verdad nunca la amó. Ante éstos sucesos, Ophelia empieza a entrar en un bucle de melancolía y locura, ya que sin el poder que ejercía su padre y Hamlet sobre ella, su vida se encuentra hacia la deriva, pues cómo bien sabemos, la personalidad de la joven es débil, manipulable y de un carácter totalmente pasivo, que le lleva a ser el juguete de su propio padre y por tanto de otras personas.
El camino hacia la locura
La madre de Ophelia empieza a sospechar de que a su hija le pasa algo cuando la joven empieza a cantar baladas de amor mientras baila por el palacio, llena de angustia y dolor pero aparentemente serena y lúcida. Ophelia empieza a tener una actitud más infantil, ésto se ve cuando empieza a recolectar todo tipo de coloridas flores.
El fin: La muerte
La muerte de Ophelia es un tanto confusa, ya que puede ser interpretada como la culminación de su propia vida o cómo un accidente.
La escena de su muerte ocurre en un lago de las afueras del palacio. Ophelia se encuentra cogiendo flores y cantando cómo de costumbre, cuando de pronto cae al río, derrochando con ella todas las flores que había ido recolectando.
Su muerte se narra de una forma poética y bastante romantizada, puesto que se describe cómo los ropajes de la joven eran tan densos, que al entrar en el agua se tornaron más pesados, sumergiéndo a la mujer en las profundidades del lago. Gracias a las descripciones tan detalladas que se han hecho sobre su fin, podemos imaginarnos a la joven Ophelia hundiéndose en el lago con todas sus flores acariciando su cuerpo y sumergiéndose hacia la locura que terminó con su vida.
"Las ropas huecas y extendidas la llevaron un rato sobre las aguas, semejante a una sirena, y en tanto iba cantando tonadas antiguas, como ignorante de su desgracia. Pero no era posible que así durarse por mucho espacio. Las vestiduras, pesadas ya con el agua que absorbían la arrebataron a la infeliz; interrumpiendo su canto dulcísimo, la muerte, llena de angustias". Descripción de la muerte de Ophelia.
La muerte de Ophelia en el arte
La muerte de Ophelia fué una gran inspiración para varios artistas prerrafaelitas, destacando por encima de todos el retrato de Ophelia, del pintor John Everett Millais, dónde se puede apreciar a una Ophelia inocente ahógandose en el lago.
Pese a lo trágica y horrorosa que es la escena, podemos ver cómo el pintor le aporta una connotación romántica, incluso se puede ver la cara de la chica, que parece serena e incluso aliviada.
La triste historia detrás de la obra
La mujer que aparece retratada en el anterior cuadro existió de verdad. Se trata de Elizabeth Siddal, una musa de 19 años que sirvió de referencia para el pintor.
Para poder llegar a hacer los detalles de la ropa mojada y ese realismo que destaca a la obra, el artista mandó a la joven pasar día tras día metida en una bañera con agua, que gracias a unas lámparas se mantenía caliente. Pero llegó un día que las lámparas se apagaron, y el pintor, absorto en su obra, no se dió ni cuenta. Ésto le costó a la modelo una grave neumonía que casi acaba con su vida. El padre de la joven, enfadado por lo sucedido, pidió que el pintor pagase las medicinas que se tenía que tomar Elizabeth. A parte de aparecer cómo Ophelia, su rostro fué protagonista de muchos otros retratos, convirtiéndose en la mujer más retratada de la época prerrafaelita, y eso que en aquel entonces no se le consideraba bella.
A causa de una fuerte depresión y del deterioro de su salud mental, Siddal acabó con su vida tomándose una cantidad excesiva de fármacos para la depresión. Su marido enterró con ella el pequeño cuaderno de poemas que había escrito la joven en sus últimos años de vida.
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