El arte nace del sufrimiento
Cómo seres humanos, somos capaces de experimentar un gran abanico de sensaciones, que traspasan nuestra piel cómo dulces rosas, notando a veces sus espinas. Y esa descripción es quizás la que mas refleja la complejidad humana, todos los matices que posee la experiencia de vivir y cómo nos relacionamos con ella, abrazándola y a veces queriendo dejarla ir. Esa es en definitiva la paradoja de vivir. En el momento en que nacemos, aceptamos la vida cómo una condición que se nos ha sido entregada sin previo aviso. A medida que vamos desarrollando ésa vida, enfrentándonos a sus dificultades y gozando de sus alegrías, es cuando somos conscientes de nuestra existencia. Es cuando comenzamos a hacernos preguntas con ánimo de cuestionarnos la vida que se nos ha otorgado. Reflexionamos sobre el futuro, nos sentimos abrumados o quizás intrigados. Recordamos el pasado, saboreamos su melancolía y la alegría de haberlo podido vivir. Pero en toda vida hay un punto de inflexión: El choque contra la ...